martes, 16 de octubre de 2007

¿habra un final feliz para mi, aquí en la tierra? (se admiten comentarios, es gratis)

Ultimamente no me ha apetecido escribir, he encontrado otras formas de huir, por gracia no he llegado muy lejos y me he vuelto a encontrar conmigo mismo.Quizas sea tarde para detallar el verano, así que yendo a lo importante uno se queda con lo aprendido y todo ese conjunto conglomerado de sentimientos y emociones. (que no es momento de contar).

Volviendo al mes presente la experiencia de un amigo me ha hecho recordar lo jodida que es la vida. He visionado los puntos críticos de mi bella vita, las en su momento duras y realmente duras decisiones que he tenido que tomar y me doy cuenta de que mi intervención ha contribuido muy poco para modificar el destino.Casi nada o nada ha funcionado como yo hubiese querido, no he podido resistir a una fuerza imperativa que gracias a ella he podido llegar a donde ahora estoy. Inesperadamente esa fuerza hace cambiar el sentido de la rueda de la vida y ya nada tiene que ver con el día anterior. Frecuentemente ese giro va acompañado de una patada en la boca del estomago. (si literalmente no has recibido ninguna te aseguro que da placer recordar el como duele). Te deja retorcido en el suelo esperando a que te levantes y comienzes de nuevo con lo que tienes.
Aihhh,(suspiro). El tener..., es como un juego de poker, se te dan unas cartas, las cuales no vas a elejir, ¡y a jugarlas!.

Ante todo esto no estoy solo y Dios siempre esta oportuno ofreciendose de bastón. En el tengo puesta toda mi confianza. Mejor que muchos se lo que es vivir por fé, (porque hay momentos en los que hace falta mucha).Lo unico que me hace salir adelante cuando estoy desesperado. Palabras como "Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa" Isaias 41:10; son de un poder inconmensurable. Oir su voz es la mejor medicina, la cual causa una gran adicción.
Otra cosa que me consuela es que todo lo que todo lo pasado le da un sentido a mi existencia, de otra manera nunca hubiera podido llegar a ser el yo de ahora. Y realmente me siento agradecido y fascinado por todos los procesos que he sufrido. Si me pongo a pensar en las bendiciones de Dios recibidas no puedo evitar decirle que ES MARAVILLOSO. Y si pienso en las que aún he de recibir, intenta frenarme porque me pongo a temblar de la emoción.

Os dejo dos regalitos:
Consejo: aprende a encajar los golpes.
Moraleja: Si te falta un bastón para el corazón, apaga y vámonos.